𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀 𝕨𝕒𝕟𝕥, 𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀 𝕕𝕖𝕤𝕚𝕣𝕖

2. A story about rising to a challenge Siempre era la misma rutina: levantarse, ir a trabajar, llegar a la casa, hacer algo para distraerse y dormir. Pero había algo en esa rutina que ella no percibió, hasta que un día notó que esquivaba los espejos de la casa, sobretodo aquellos de cuerpo entero.  Cuando se había ido a vivir sola compró dos de esos para poner uno en su closet y otro a la salida del baño. Pensó que era una buena idea ya que así al fin podría ver como le quedaba todo el conjunto de ropa que se ponía y sacar una foto decente a su look. Pero de a poco eso fue cambiando, fue odiando esas paredes que reflejan lo peor de ti, lo que todos te dicen que debes cambiar, así que de a poco los fue evitando, escondiendo, tapando con la ropa o hasta poniéndolos detrás de las puertas (incluso si eso significara mala suerte según gente que vivió hace muchos años atrás). Era difícil. Se fue hundiendo de a poco en los defectos que en verdad poco importan al final de los días. ¿...

Se sentaba en su puesto habitual para tocar la ya tan conocida melodía para sus manos y sus oídos. Llevaba tocando el violín desde... ¿hace cuánto? Mucho tiempo, tanto que ya ni recordaba cuánto, pero sus manos hacían notar que dominaba de forma maestra el arte. A veces sus conciertos estaban planeados por lo que se preparaba con antelación a lo que se iba a presentar frente a ella, pero en otras simplemente pasaba y debía improvisar. Siempre lo hacía bien a todo esto, nunca fallaba, y es que como dicen por ahí la práctica hace al maestro, y hoy no era la excepción. A veces hasta la pedían de violinista con antelación, y al principio aceptaba porque como podía ser tan malo, pero luego empezó a rechazar dichas ofertas ya que terminaba sintiéndose mal. Hoy era uno de esos días en los que no vio que iba a ser una violinista, ya que solo iba a salir con su familia a un paseo, pero no contaba con que todos andarían en pareja. Así que, poniéndose a tono con los tiempos, sacó su celular y s...

Estaba segura de que me gustaba, hasta que un día se despedió con un beso en la cara, pero no de esos en donde juntas la mejilla y tiras un beso al aire, si no que esos en los que de hecho pones tus labios en la mejilla del otro y lo vi salir por la puerta por la que había entrado hace menos de dos horas. Nunca fue y nunca será.

Will miraba por la ventana de su pequeña casa mientras sus perros jugaban en la nieve. En realidad todo había acabado, pensaba, al fin Hannibal estaba en la cárcel, por fin había acabado esa pesadilla. O eso era lo que pensaba. Eso era lo que pensaba una parte de él, la parte pública, la parte que luchó tanto por lograr ese objetivo; eso pensaba también Jack y Alana, y él quería convencerse de lo mismo, pero no podía. La pesadilla recién había comenzado. No paraba de pensar en el otro hombre. No podía parar de pensar en la taza que se había roto y que nunca más se iba a poder juntar de nuevo, y tampoco podía parar sus pensamientos, sus recuerdos ante la viva imagen de Hannibal frente a él rompiéndosele el corazón ahí mismo. Claro que era su objetivo, y cuando vio que se entregaba había sido realmente un alivio. Sim embargo, con el pasar de los días se daba cuenta que sus acciones antes de que Hannibal los intentara matar a todos no fueron exclusivamente parte el plan para capturarlo...

últimamente tengo ganas de hacer muchos challenges jajaja es que son divertidos y sirve para mantener las páginas ocupadas, so, this blog would not be the exception and i'll be doing this one :B http://lovecrimevariations.tumblr.com/post/136644795460/52-short-stories-in-52-weeks maybe sometimes i'll write in Spanish and other times in English, but the important thing is that I am going to write :) #eso

Era una mañana más en sus vidas. Sus hijos ya estaban grandes, pero aún así ellos tenían que salir antes de las 7 de la mañana de la comuna periférica en la que vivían para llegar a una hora decente a sus trabajos. Sus rutinas consistían en casi lo mismo, y si tenían suerte podían almorzar juntos algunos días a la semana ya que sus lugares de trabajo quedaban cerca uno del otro allá en la parte más linda de la cuidad. Se tomaban una taza de té entre los dos para calentar los cuerpos ante tan frías mañanas de agosto, mientras la mujer preparaba unos panes con un poco de fiambre y mantequilla para llegar a comer luego de haber marcado tarjeta. Luego se abrigaban un poco, salían de la casa y caminaban por el pasaje tomados de la mano hasta llegar al paradero. Las micros siempre iban llenas, exepto algunos días donde se sentían afortunados; pero este no era uno de esos días. Cinco micros llenas pasaron antes de poder subirse a una por la puerta de al medio, sin pagar obviamente. Ella s...

Mientras venía a casa pensaba en el niño que se fue antes de tiempo y por un momento me dio envidia y pena. Quizás de verdad él era muy puro para estar en un lugar tan corrupto y efímero como lo es la Tierra; quizás Dios lo quería a su lado para ahorrarle el mal rato que es ser un adulto responsable en esta sociedad. También en el mismo trayecto a casa me pareció haberlo con 15 años de nuevo. ¿Cómo está todo allá en el cielo? ¿Pudiste encontrarte con tu Dios?

Un día más en ese trabajo que odiaba un poco más a cada día que pasaba. Se sentaba, prendía el computador, dejaba su café a un lado después de haberle dado unos cuantos sorbos para entrar en calor, dejó su cartera en la silla contigua y su celular al lado del teclado. Un día más en que tuvo que dejar la comodidad de su cama para salir a ganar cochino (y hermoso) dinero. Un día más para verlo a él. Su rutina era sentarse, cumplir con las labores pendientes del día anterior, realizar el trabajo del día, ir a almorzar con sus compañeras, sentarse de nuevo y esperar a que llegara su trabajador favorito. Para mala suerte suya ahora ya no sentaba frente a ella, sino que atrás, así que verlo sería un poco más difícil. Hizo su aparción a eso de las 2 de la tarde. Pensó en sacar su espejo, ya que era una escusa perfecta para verlo sin que él se diese cuenta, pero pronto desechó esa idea porque, uno, jefa le mandaría un reto, y dos, que triste sería verlo por un espejo teniéndolo a penas a u...

Un día más en ese trabajo que odiaba un poco más a cada día que pasaba. Se sentaba, prendía el computador, dejaba su café a un lado después de haberle dado unos cuantos sorbos para entrar en calor, dejó su cartera en la silla contigua y su celular al lado del teclado. Un día más en que tuvo que dejar la comodidad de su cama para salir a ganar cochino (y hermoso) dinero. Un día más para verlo a él. Su rutina era sentarse, cumplir con las labores pendientes del día anterior, realizar el trabajo del día, ir a almorzar con sus compañeras, sentarse de nuevo y esperar a que llegara su trabajador favorito. Para mala suerte suya ahora ya no sentaba frente a ella, sino que atrás, así que verlo sería un poco más difícil. Hizo su aparción a eso de las 2 de la tarde. Pensó en sacar su espejo, ya que era una escusa perfecta para verlo sin que él se diese cuenta, pero pronto desechó esa idea porque, uno, jefa le mandaría un reto, y dos, que triste sería verlo por un espejo teniéndolo a penas a u...

Un día más en ese trabajo que odiaba un poco más a cada día que pasaba. Se sentaba, prendía el computador, dejaba su café a un lado después de haberle dado unos cuantos sorbos para entrar en calor, dejó su cartera en la silla contigua y su celular al lado del teclado. Un día más en que tuvo que dejar la comodidad de su cama para salir a ganar cochino (y hermoso) dinero. Un día más para verlo a él. Su rutina era sentarse, cumplir con las labores pendientes del día anterior, realizar el trabajo del día, ir a almorzar con sus compañeras, sentarse de nuevo y esperar a que llegara su trabajador favorito. Para mala suerte suya ahora ya no sentaba frente a ella, sino que atrás, así que verlo sería un poco más difícil. Hizo su aparción a eso de las 2 de la tarde. Pensó en sacar su espejo, ya que era una escusa perfecta para verlo sin que el se diese cuenta, pero pronto desechó la idea porque, uno, jefa le mandaría un reto, y dos, que triste sería verlo por un espejo teniéndolo a penas a un...

El día estaba frío y gris, uno típico más del mes de junio en este lado del mundo. Hace unos ventitantos años durante esta época los dos dejaban el calor de su hogar para ir a trabajar al centro de la ciudad, pero hoy iban a una hora al doctor; los años habían pasado y no habían sido en vano. Antes de salir tomaron desayuno viendo uno de los matinales que se daban a esa hora, se abrigaron y se tomaron un par de pastillas parte ya de su rutina diaria. Abrieron la reja y se tomaban las manos al bajar a la vereda para caminar unos 20 minutos. A veces en los trayectos hablaban todo el camino, otras veces se quedaban en silencio solo disfrutando su compañía, y en otras se dedicaban a mirarse de vez en cuando. Él la miraba hoy más que otros días, y eso le hizo sentir a ella un poco de vergüenza. Qué mira tanto pensaba, y trataba de ocultarse con la bufanda. Quizá se le había quedado una miga de pan en la mejilla o pasta de dientes en su ropa y él no le diría nada, ya que le gustaba reírs...

Caminar sola por la ciudad era uno de sus panoramas favoritos; generalmente mentía cuando decía que se iba en taxi o en un bus a casa cuando eran pasada de las 10 de la noche solo para poder caminar al ritmo de la música que llevaba en su celular. De vez en cuando, cuando tenía tiempo libre y veía una iglesia, entraba. En Santiago las iglesias son bonitas y tienen esa característica típica de una ciudad de más de 6 millones de habitantes: anonimato. Una vez adentro de estas construcciones con al menos 100 años de antigüedad llevaba a cabo el ritual que su madre le enseñó desde pequeña el cual consistía en ir a la fuente al lado de la puerta principal, acercar su mano derecha, mojar sus dedos índice y medio para finalmente persignarse al medio de la iglesia al frente de Jesús crucificado. Luego trataba de sentarse no tan al principio ni tan al final, lo cual no era al azar, si no que era un movimiento planeado para no salir en las fotografías de los turistas que las visitaban, quienes...

Una vez al mes al mes me siento en esta misma mesa con el computador en frente mío para teclear lo siguiente: Me bajó una pena y no sé porqué.

Cuando descubres quien es la piedra que le hace el tope a tu vida nunca es algo fácil de digerir, sobretodo si está presente en tu vida, o peor, si vive contigo desde casi siempre. Me di cuenta quién era cuando estábamos comiendo y comenté algo sobre mi futuro que hizo que este personaje mirara con cara de pocos amigos: claramente le había desagradado la idea. Eso era, simplemente una idea tirada al aire sin casi nungún peso más que aquel de querer salir de los labios, formarse en silabas para transformalos en palabras y en realidades. Fue terrible, y recolectando recuerdos en mí me dí cuenta que esa no había sido la única vez que algo como eso sucedía. Es como si mis sueños cualquiera sean, metas a corto y largo plazo, ideas, e incluso creaciones hechas por mis propias manos no valieran nada a los ojos de esa persona. Así era y fue atroz. Sin darme cuenta pensaba en mis planes siempre incluyendo sus pensamientos y sus juicios hacía lo que yo hacía. Es como buscar constantemente ar...

 Habían pasado muchos años sin verse, en verdad era así y no como esas cursilerías que cuentan por ahí de que han pasado varios inviernos cuando a penas ha cambiado la estación. Se veían distintos el uno al otro, con una vida hecha pero con un aspecto sin resolver. Era culpa de ellos exclusivamente, sin embargo eran demasiado cobardes para admitirlo consigo mismos y con sus respectivas almohadas. Los suspiros para ambos se habían convertido en algo habitual, algo del diario vivir, algo como pestañear. Esa historia era una parte importante de ellos y sus respectivas parejas lo sabían. A veces estaban sentados tomando desayuno o almorzando y se les escapaba un suspiro. Dicen por ahí que uno de esos es cuando echas de menos a alguien, y que ese alguien también te extraña, así que el aire que sale es porque te falta  o te sobra de alguna manera. La hija de Jean siempre le recalcaba ese hábito a su padre, incluso algunas veces contaba las veces que su papá hacía esa acción; la vez...

Una canción más al soundtrack de mi vida

Me gustan los abrazos, y a pesar de que es algo que he hecho durante mi adolescencia hasta a dónde estoy ahora, nunca me había puesto a pensar que a la mayoía de la gente a la que abrazo no me devuelve el gesto. No es que me sienta ni mucho menos, porque la mayoría del tiempo ni mi propia madre me los devuelve, y no es porque sea fría o algo así, pero creo que está acostmbrada y yo no. Quizá la gente está acostumbrada, sí, eso debe ser, y yo no. Un abrazo es harto y poco a la vez, es como unaseguración(?) de que todo está bien, de que hay cariño, amistad, un lazo familiar... Por eso cuando me viste, caminaste más rápido y pusiste tus brazos alrededor de mi cuerpo me sentí extraña (más extraña aún porque con el corazón latiendo a mil, las mejillas y las orejas de un mismo color y las ansias de volver a verte lo hacían peor). Me sentí extraña porque pocas personas en mi vida lo hacen de a buenas y primeras al verme, pero tú ahí parado a la salida del metro, en nuestro encuentro número q...

El niño que murió joven y que murió feliz además de morir lleno, segun yo, cumplió su misión en la vida. Quizás de eso de trata todo esto, de cumplir esa tarea que Dios te encomendó antes de mandarte a la Tierra. Es una bonita idea.

Este niño, que en verdad no era niño sino que un adulto joven igual que yo, murió joven, de un día para otro, pero a mí parecer murió lleno, feliz y habiendo cumplido varias metas en su vida (aunque al parecer no llegó a concretar otras). Yo no lo conocía mucho, no era su amiga, y con suerte fui su compañera y una niña que vivía cerca de su nueva casa después de que se cambió de la otra al salir del colegio. (No sé porqué, pero tengo que escribir de él) Cuando tenía 14 o 15 años lo conocía por su sobrenombre, y en verdad no era feo ni nada, y hasta creo que en algún punto de esos días me atrajó por como lucía, pero nada más. Mis compañeros de colegio lo molestaba porque tenía pinta de gay, y bueno, hace 8 años -e incluso ahora- tener pinta de gay es un insulto potente para la viralidad de un hombre. Izaokas era evangélico, y sería mentir que yo no pensaba que era gay en ese entonces (ahora pienso, que rayos me importaba de todas maneras) y que en verdad no salía del closet por su r...

A mi mamá le carga la lluvia, la pone triste y la deprime ver las noticias sobre el agua que cae de los cielos. Siempre ha sido así, desde que yo era chica en los días con lluvia siempre está un poco más rara y un poco más triste. Ella se acuerda de cuano trabajaba en una fundación y a los niños que estaban allá les faltaba todo, pero aún así eran felices con las gotitas que caían, aunque eso significara dormir un poco más apretados y no poder salir a jugar al patio. En cambio a ella eso la ponía mal, y se preguntaba por las injusticias de la vida mientras iba en la micro camino a su casa a ver a su mamá y a sus hermanas. Ahora estoy aquí, sientiendome culpable y a la vez afortunada de poder estar en mi cama, contenta, escribiendo y escuchando música mientras disfruto del sonido del agua; pero mi mamá está en el otro cuarto leyendo y cambiando la tele para evitar escuchar lo que cae afuera.

Estábamos las 3 pagando la mejor comida comida en meses luego de muchos meses sin vernos y sonó una canción. Siempre veía esa canción en las listas de reproducciones pero nunca alcanzaba a tocarla porque no-sé-qué, pero una de ellas dijo "me gusta esta canción" y vi como su mirada cambiaba en ese momento. Cerró los ojos dos segundos y vi como su mente corría a esos recuerdos de los dos meses pasados en otro lado lejos de acá. Lo disfrutó. Me dijo "¿has cachado esas canciones que te recuerdan al colegio o a las vacaciones? Bueno, esta canción me recuerda a Inglaterra" y se quedó pensando unos segundos más inmersa en ese país de antiguas construcciones y dueño del acento inglés más lindo según algunos, más chistosos según otros. Luego, como si nada, se dio vuelta y preguntó por una botella de agua. Había vuelto la misma mujer que conocía hace unos años, pero esta vez volvió con una historia más que contar.

Me siento como de 15 again. Esto no es bueno (en verdad sí lo es, pero no lo es)

Ya había gritado y estaba corriendo. Todo era rápido, todo era blanco y gris. Mi mano izquerda se movía muy rápido al vaivén opuesto al que se movían mis piernas. En mi mano derecha estaba la tuya, e ibas corriendo con todas fuerzas como lo hacía yo. Estaba buscando un lugar especial y no lo encontré. Estaba cansada, y entonces me senté. No sé en qué momento me separé de ti, pero sí me di cuenta cuando me tomaste la mano de nuevo y sentí tu mirada, te miré y respiraste con un poco de paz. Al menos aquí podremos descansar.

Estaba viendo el celular como suelo hacer todas las noches antes de dormir y también estaba viendo la tele, ese programa donde una señora con ese pelo rubio se contacta con gente que no está en este mundo ya. Estaba interesante su cliente, pero también lo estaba mi celular.  Después de cerrar Instagram, abrí Facebook y vi una publicación tuya en mi muro. Tenía un gracias y un te debo algo. Sonreí y no me demoré en ponerle me gusta (en verdad me encantaba) y te respondía con muchos corazones como suelo hacer. Me quedé contemplando el mensaje, después tu foto, y así llegué a tu perfil y me perdí. Cuando salí de tu mundo para volver al mío no sabía qué me pasaba contigo ni que había pasado con el caballero que trataba de comunicarse con sus seres queridos. Ya había perdido la concentración.

Un regalito de la Isidoriwis para mi persona en mi cumpleaños 22 <3  http://elparacaidasdelaisi.blogspot.cl/2016/03/princesa.html  Princesa. Las primeras impresiones son poderosas.  .. Te vi sentada y noté como el aire hacía formas graciosas con tu pelo. Sentí el impulso de acercarme,  pero preferí mirarte unos momentos más, mientras tu mirada se perdía más y más, en las hojas secas amontonadas a tus pies.  Todo comenzó un día en que entré a la librería, la misma de siempre, en la que me gustaba gastar mis tardes. Tú estabas ahí, con ojos ávidos por algo que colmara tu necesidad de imaginar, de emocionarte,  tu sed de fantasía, que hasta el día de hoy, encuentro tan fascinante. Le eché un ojo a la portada del libro que estabas revisando en ese momento y una sonrisa burlona se instaló en mis labios, pero no  porque me pareciera malo lo que leías, si no porque tu cara de consternación era muy divertida. Así  pasaro...

Hoy de nuevo soñé contigo. ¿Cuántas veces van ya en los últimos años? Aunque esta vez debo decir que fue distinta. Bueno, la verdad es que debo reconocer que al menos las últimas 5 veces que te has aparecido en mis noches han sido distintas porque ya no estás conmigo directamente, ya no me vienes a buscar a mí, ni a mi compañia ni mi mirada, sino que solo nos topamos por casualidad, y es esa misma casualidad que me hacer voltear la mirada y ver los ojos verdes y el mismo pelo que llevabas hace unos años. Mera casualidad, como si el destino que no quiere que te vea en la vida real hace que te vea en mi inconsciencia. Hoy día de hecho estabas con otra persona y solo me venías a pedir un favor, cuyo favor pasaba a llevar palabras que me habías escrito la última vez que te hablé. Así que ya no eras el mismo, pero yo de cierta forma seguía siendo la misma para ti. Al menos me queda el consuelo de que te sigo viendo pero que hasta en mi mente ya no eres lo mismo que eras antes.

¿Por qué tengo que sentirme mal por algo que yo no hice? ¿Por qué la gente no piensa en los otros antes de actuar motivados por sus propios impulsos? Aish

Tengo miedo pero me gusta

"Que triste llenarte de odio por personas equis", pensaba mientras me daba cuenta que al final la gente equis era gente en mi vida.

El problema de la gente que se cree única es que me molesta. Nada más ni nada menos, sólo eso.

Ese momento incómodo en donde todos tus amigos o estan en pareja o están buscando y tú de la nada te sientes bien viendo series, escuchando música, pasando tiempo en tumblr y escribiendo acerca de aquella gente loca que quiere enamorarse.

Cerré los ojos, junté todo mi coraje y te pedí que me besaras, que después me abrazaras y que me tomaras las manos. Se sintió bien. Pusiste tus manos detras de mi cabeza y profundizaste el acto. Después tocaste mi cara y sentí como tu respiración cambiaba. Mi corazón estaba acelerado, latía con fuerza y sentía como mis orejas se ponían rojas. De algún modo lo supiste y las tocaste rápido para volver a tocar mis mejillas y para luego bajar a tocar mi cintura, mis piernas y volver a subir tus manos a mi cintura. No quería dejar esto, era adictivo. Mientras te besaba mi respiración ya estaba totalmente descontrolada y estaba segura que podías sentir mi corazón latiendo contra tu pecho, pero no me importó, seguí en lo mío, te toqué el pelo y bajé mis manos hasta ponerlas detrás de tu espalda. No podía parar. Pusiste tu peso sobre mí y ahí me perdí. Tus ojos me miraban con pena, con alegría, con deseo y con desilución. Querías que dijera algo, pero no podía hacerlo. Me perdí en ellos porque...

Veintitrés

Yo igual quiero sentir algo, pero a diferencia de ti quiero sentirlo por primera vez.  Aunque pucha que mala suerte porque me dijeron los pajaritos que iba a tener que esperar harto tiempo. Yo también estoy cansada,  sabís?

Que triste es querer crecer cuando eres chico y cuando eres grande solo quieres volver a ser chico.  Siempre quise tener la edad que tengo ahora pero ya no la quiero más. Siempre quise hacer este viaje pero ya no lo quiero más. Siempre quise crecer pero ya no lo quiero más. Siempre quise seguir estudiando pero ya lo quiero más. Que triste. Soy una carga porque mis no querer se convierten en la carga de otras personas para que yo pueda descubrir mis querer. Mis cargas deberían de ser solo mías pero no puedo evitar compartirlas con otros, pero cuando lo hago instantáneamente me arrepiento prque ya conocen mucho de mí, porque me siento culpable de ser la protagonista de mi vida y sentirme importante por 5 minutos. Que triste, quiero llorar. Me siento mal.

Me acuesto y me pongo a pensar en la existencialidad del cangrejo, del porqué hay polvo en el mundo y como ese polvo es enano en el mundo y sé que estoy siendo una vaga, así que me paro de mi cama, hago almuerzo, ejercicio, salgo de la casa y me junto con gente para no volver a pensar en ello y así saber que lo estoy haciendo mal cuando la existencialidad viene a mi cabeza.

Estaba cansada, pero estaba valiendo la pena porque por fin estaba en un camino que se encontraba expedito, sin ninguna piedra ni ningún riachuelo que me costara cruzar. El bosque se veía lindo y hace varios días que el tiempo estaba de nuestro lado porque cuando había sol este no quemaba mucho, y cuando estaba nublado no estaba aborchornado, si no que al contrario, de verdad estaba nublado y hacía un poco de frío con un poco de calor. Perfecto. En las noches y en el día cada 4 horas, me sentaba un rato al lado del camino para tomar un poco de agua, comer algo decente y cerrar los ojos durante el tiempo que fuera necesario para seguir. Al principio fue fácil, pero en el segundo mes ya estaba cansada y el camino se veía muy cuesta arriba: estuve a punto de rendirme, pero no lo hice. Ese mes fue difícil, no dormía, y si lo hacía tenía muchas pesadillas con el bosque, porque claramente ahí no me acompañaba. En el 4to mes, sabiendo que era lo último de este recorrido por este bosque ...

Nunca me miran a mí, siempre miran a la de al lado. A veces es bueno, pero a veces también quiero ser mirada.

Llegué a la hora acordada. Nos pusimos de acuerdo porque en verdad yo quise ponerme de acuerdo. Hace tiempo que no te veía y ahí estabas, tan sereno como siempre, en tu nuevo uniforme que, para qué mentir, te quedaba bastante bien y me gustaba, aunque al mismo tiempo nunca estuve de acuerdo con lo que representaba. Siempre me preguntaba en qué momento de la vida nos íbamos a encontrar de nuevo y aquí estamos, frente a frente, pero no era como quería verte. ---- Era un día cualquiera y ajetreado en mi vida; esto de no saber qué hacer con tu vida te hace correr de un lado para otro y te hace sentir viva. (Viva... qué ironía en estos momentos porque tú ya no estabas en el mismo estado que yo). Vi gente corriendo por todos lados, apurada, gente sacando el celular para grabar lo que parecía ser un horrible accidente. Corrí porque soy curiosa, y si me moría corriendo, al menos moriría sabiendo. Al tiempo que corría sentí algo en el pecho, un vacío que se hacía grande y pequeño al mismo t...

"Esto es vida" pensé mientras me iba de ella con una paz que no había sentido nunca.

Es mi cumpleaños y está la torta en frente de mí. Todos los años suelo pedir las mismas tres cosas: que este año sea un buen año, que me vaya bien en la u/colegio y que llegue alguien que me revolucione, y siempre se me cumple la segunda, la primera los últimos años me ha ido fallando un poco pero no al cien por ciento, pero la última nunca llega, nunca, y siento que siempre desperdicio ese deseo, y cuando voy a pedir otro este deseo corre a toda velocidad entre mis neuronas, choca con otras, me hace olvidar cosas importante y llega ahí, a mi consciencia al momento en que estoy juntando los labios para dejar salir el aire que me va a permitir apagar las velas y pedir los tres deseos. Este alo no quiero malgastar ese deseo así que pediré otro, porque haber si se cumple el dicho que llega cuando uno menos lo espera, o cuando menos lo busca.

Las hormigas son buenas amigas. Cuando vivíamos en La Florida y yo tenía como 5 años, teníamos un árbol súper grande en el patio de adelante lleno de hormigas y caminaban en filita para llevar comida a su casa. Pero ahí llegué yo como un titan, tomé una hormiga y me la metí a la boca. La saboree y era amarga, acto seguido la escupí. A la noche sus amigas hormigas cobraron venganza y me botaron de la cama. Ha sido la única vez que he despertado en el suelo. Ojalá todos tuvieramos amigas como las hormigas.