Y así perdí la concentración
Estaba viendo el celular como suelo hacer todas las noches antes de dormir y también estaba viendo la tele, ese programa donde una señora con ese pelo rubio se contacta con gente que no está en este mundo ya. Estaba interesante su cliente, pero también lo estaba mi celular. Después de cerrar Instagram, abrí Facebook y vi una publicación tuya en mi muro. Tenía un gracias y un te debo algo. Sonreí y no me demoré en ponerle me gusta (en verdad me encantaba) y te respondía con muchos corazones como suelo hacer. Me quedé contemplando el mensaje, después tu foto, y así llegué a tu perfil y me perdí. Cuando salí de tu mundo para volver al mío no sabía qué me pasaba contigo ni que había pasado con el caballero que trataba de comunicarse con sus seres queridos. Ya había perdido la concentración.
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