Venganza

Las hormigas son buenas amigas. Cuando vivíamos en La Florida y yo tenía como 5 años, teníamos un árbol súper grande en el patio de adelante lleno de hormigas y caminaban en filita para llevar comida a su casa. Pero ahí llegué yo como un titan, tomé una hormiga y me la metí a la boca. La saboree y era amarga, acto seguido la escupí. A la noche sus amigas hormigas cobraron venganza y me botaron de la cama. Ha sido la única vez que he despertado en el suelo. Ojalá todos tuvieramos amigas como las hormigas.

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