A quien no conocí muy bien y murió joven

Este niño, que en verdad no era niño sino que un adulto joven igual que yo, murió joven, de un día para otro, pero a mí parecer murió lleno, feliz y habiendo cumplido varias metas en su vida (aunque al parecer no llegó a concretar otras). Yo no lo conocía mucho, no era su amiga, y con suerte fui su compañera y una niña que vivía cerca de su nueva casa después de que se cambió de la otra al salir del colegio.

(No sé porqué, pero tengo que escribir de él)

Cuando tenía 14 o 15 años lo conocía por su sobrenombre, y en verdad no era feo ni nada, y hasta creo que en algún punto de esos días me atrajó por como lucía, pero nada más. Mis compañeros de colegio lo molestaba porque tenía pinta de gay, y bueno, hace 8 años -e incluso ahora- tener pinta de gay es un insulto potente para la viralidad de un hombre. Izaokas era evangélico, y sería mentir que yo no pensaba que era gay en ese entonces (ahora pienso, que rayos me importaba de todas maneras) y que en verdad no salía del closet por su religión. Tonta. A mí parecer nunca tuvo un grupo consolidado en el colegio en los primeros años, pero en el último me daba cuenta que sí lo tenía. Siempre participó de su iglesia,y como su papá tenía una empresa de un deporte extremo, él iba seguido con él los fin de semanas a practicar dicha actividad.

Al entrar a la universidad me lo topaba un par de veces en la micro. Si podía evitarlo, siempre lo hacía, pero cuando no (que a lo más fueron unas 3 veces) hablaba con él. Debo decir que no era tan incómodo como mi mente lo pensaba a primeras, así que en verdad la conversación que se generaba hasta llegar al centro de la ciudad era bastante amena. En esas conversaciones con él, y a veces con otras ex compañeras, me enteraba que estaba pololeando, que seguía yendo a la iglesia y que estudiaba una carrera que le gustaba pero en una universidad que no era mucho de su agrado. Se había equivocado en el momento de la postulación. Recuerdo que en el momento en el que me lo dijo pensé "pero cómo se equivocó si la profesora jefe nos repitió mil veces el año pasado que la postulación era por orden de preferencia". Así que su plan era estudiar la misma ingeniería pero en la universidad que a él le gustaba al otro año usando el mismo puntaje que había sacado ese año.

Me lo encontré otra vez en a micro conversando con una amiga mía con la cual íbamos a salir ese día. En esa ocasión nos fuimos los tres conversando pero no recuerdo nada de lo que hablamos.

En facebook siempre veía sus comentarios -a mí parecer- homofóbicos y derechistas a morir. En esos momentos solo podía rodar los ojos hasta ver mi cerebro y a veces hasta mi alma. No entendía -ni entiendo- a la gente que piensa de esa manera, poniendo a Dios como argumento a sus dichos, pero bueno, cada uno es libre de pensar y de publicar lo que se le dé la real y puta gana. Varias veces pensé en eliminarlo, pero no lo hacía porque siempre es bueno y entretenido enterarse de los chismes de tus ex compañeros de cualquier lado.

La última vez que lo vi fue en el paradero camino a mi casa desde el centro de la ciudad. Yo ese día estaba cansada así que me subí a la micro más lenta de todas: me iba a demorar en llegar pero iba a poder dormir un rato largo y sin que nadie me despertara. Me senté en los últimos asientos en alto de la micro y lo vi ahí  en el paradero viendo hacía su izquerda para ver si es que venía la micro que se va por la carretera. Desvié altiro la mirada. En verdad ni sé porque lo hice, no es como que si él me hubiese visto hubiese subido a la micro para tener una conversación conmigo al final del día cuando estabamos todos chatos y nadie quería fingir simpatía frente a alguien que es un conocido. La micro cerró las puertas, puso primera y partió. Esa fue la última vez que lo vi.

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Una noche de noviembre del año pasado, luego de llegar de comprar unas entradas para un show con una amiga, mi grupo de amigas del colegio empiezaba a hablar y hacía que mi celular vibrara. Yo estaba en el computador haciéndo no sé que cosa y decido verlo porque vibraba seguido; quizá era algo importante. Efectivamente, aunque no era mi amigo, Izaokas había muerto. Lo leí y sentí algo en el pecho y desde ese momento imagino que él está en el cielo mirándonos. No creo que me mire a mí, pero de alguna u otra forma siento que alguien que conocí y que se sentó durante dos años en un mismo espacio físico en el que estaba yo está en otro plano y el sentimiento es fuerte. Fuerte porque primero es alguien joven, alguien que tenía muchas metas en la vida. Segundo, porque no esperas que alguien de tu generación del colegio muera hasta al menos unos 40 años más.

No lo podía creer. La amiga que nos informó nos dijo que se había enterado porque a su pololo, quién era bien amigo de él otro amigo le dijo del acontecimiento. Había muerto mientras practicaba ese deporte en la empresa de su papá. Murió instantáneamente por lo que sé, y menos mal que pasó así. No sufrío mucho y eso es bueno. Es bueno irse de esta vida sin sentirlo mucho (creo).

Seguía sin creerlo. En ese momento pensé que pasaría si él hubiese sido mi amigo, que hubiese pasado si hubiese sido uno de mis amigos que se hubiera muerto de un día para otro y me sentí mal. No me acuerdo si lloré o no, pero me afectó mucho, tanto que tenía que sacarlo de mí escribiendo esto. Pensé que pasaba si el pololo de mi amiga me daba la noticia de que era ella quien había partido y sentí dolor en mi pecho. Pero más allá de pensar en situaciones que me involucarían más directamente así en un hecho así, pensé en él. Pensé en lo joven que era, en que quería casarse con su polola (CA-SAR-SE), en que al fin estaba en la universidad que quería, que era un miembro activo de su comunidad religiosa, que sus padres estaban orgullosos de él, que tenía amigos que lo querían y que se preocupaban por él, tantas cosas...

Abrí facebook para ver algo para distraerme, pero había olvidado que lo tenía aún en esa plataforma. Sus amigos y conocidos cercanos empezaron a llenar su muro de condolencias, de fotos... Qué raro era todo eso.

Días después le escribió su polola y qué terrible también. Pobre niña.

Al mes le escribió su mamá. Aún más terrible.

Tiempo después, gente que yo no conocía llenaba su muro de fotos, de momentos, de "me acuerdo que un día..." o de "te echo de menos amigo".


Creo que Izaokas se fue feliz. Se fue haciendo algo que hacía desde pequeño, se fue con pequeñas victorias para el mundo, pero grandes victorias para él, para sus amigos y su familia. Ojalá sea feliz allá arriba con el Dios al que tanto adoró aquí en la tierra. Ojalá que se encuentre con sus seres queridos algún día allá para acompañarlos. Ojalá...

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