El enemigo

Cuando descubres quien es la piedra que le hace el tope a tu vida nunca es algo fácil de digerir, sobretodo si está presente en tu vida, o peor, si vive contigo desde casi siempre.

Me di cuenta quién era cuando estábamos comiendo y comenté algo sobre mi futuro que hizo que este personaje mirara con cara de pocos amigos: claramente le había desagradado la idea. Eso era, simplemente una idea tirada al aire sin casi nungún peso más que aquel de querer salir de los labios, formarse en silabas para transformalos en palabras y en realidades. Fue terrible, y recolectando recuerdos en mí me dí cuenta que esa no había sido la única vez que algo como eso sucedía. Es como si mis sueños cualquiera sean, metas a corto y largo plazo, ideas, e incluso creaciones hechas por mis propias manos no valieran nada a los ojos de esa persona. Así era y fue atroz.

Sin darme cuenta pensaba en mis planes siempre incluyendo sus pensamientos y sus juicios hacía lo que yo hacía. Es como buscar constantemente argumentos, convertirte en tu mejor abogado frente a un juez que cree que posee el conrol de tu vida. No todo es culpa de este juez, claro está, ya que yo he sido participe de que ese actor entre a mi vida y mis decisiones para hacer y deshacer a su antojo, como si no fuera más que un títere a su control hasta que cumpla una edad decente.

Hice el primer paso que fue darme cuenta, ahora viene el segundo más importante que es hacer algo al respecto. Qué terrible.

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