Sin juzgar
Mi amiga estaba nerviosa. Con la señora B estábamos tomando el trago gigante que habĂamos pedido, ese trago cubano tan rico con una cerveza corona, de verdad... gigante. No sĂ© si Ăbamos en el primero o segundo, pero mientras tomábamos, mi amiga se habĂa decidido a hablar.
-Me van a juzgar- nos dijo.
Con la señora B nos miramos en ese lugar rojizo con la música cebolla adock para cantar karaoke.
-¡Pero dinos!- dijimos al unĂsono.
-No nos digas que estái embarazada- dijo una
-O que te vái a casar- dijo la otra.
-No- y soltĂł su risa nerviosa. -Es que estoy saliendo con alguien mayor, pero onda muy mayor, ni siquiera es guapo o algo, pero me gusta y lo pasamos bien.
Con mi amiga nos miramos, nos reĂmos y la sujeta que estaba nerviosa no entendĂa nada.
-¿Eso era todo? ¡Me asustaste weona! ¡No pasa nah! ¿Lo pasái bien?- A lo que la otra asintiĂł- ¡Listo! Es todo lo que importa.
Las tres nos miramos en ese momento y nos sonreĂmos. Aunque faltaba una en aquella mesa, aunque eramos de las piolas, de las que no hacĂan nada, cada una se ha ido revelando frente al sistema amoroso en el que creciĂł. Le dejamos saber que no la Ăbamos a juzgar, que lo importante es que fuera feliz, y ahĂ reflexionamos un poco de que no importaba lo que hiciĂ©ramos, siempre nos iban a criticar.
-Por eso hay que hacer lo que a uno le plazca. Lo importante es que te haga feliz. Ya nos juzga todo el mundo, ¿pa' quĂ© nos vamos a juzgar entre nosotras?
Dicho eso, continuamos bebiendo y siendo felices; mi amiga sacĂł su celular y nos mostrĂł la foto, mientras nos contaba cĂłmo habĂa sucedido todo y los miedos que tenĂa, pero de lo bacan que era todo.
-Me van a juzgar- nos dijo.
Con la señora B nos miramos en ese lugar rojizo con la música cebolla adock para cantar karaoke.
-¡Pero dinos!- dijimos al unĂsono.
-No nos digas que estái embarazada- dijo una
-O que te vái a casar- dijo la otra.
-No- y soltĂł su risa nerviosa. -Es que estoy saliendo con alguien mayor, pero onda muy mayor, ni siquiera es guapo o algo, pero me gusta y lo pasamos bien.
Con mi amiga nos miramos, nos reĂmos y la sujeta que estaba nerviosa no entendĂa nada.
-¿Eso era todo? ¡Me asustaste weona! ¡No pasa nah! ¿Lo pasái bien?- A lo que la otra asintiĂł- ¡Listo! Es todo lo que importa.
Las tres nos miramos en ese momento y nos sonreĂmos. Aunque faltaba una en aquella mesa, aunque eramos de las piolas, de las que no hacĂan nada, cada una se ha ido revelando frente al sistema amoroso en el que creciĂł. Le dejamos saber que no la Ăbamos a juzgar, que lo importante es que fuera feliz, y ahĂ reflexionamos un poco de que no importaba lo que hiciĂ©ramos, siempre nos iban a criticar.
-Por eso hay que hacer lo que a uno le plazca. Lo importante es que te haga feliz. Ya nos juzga todo el mundo, ¿pa' quĂ© nos vamos a juzgar entre nosotras?
Dicho eso, continuamos bebiendo y siendo felices; mi amiga sacĂł su celular y nos mostrĂł la foto, mientras nos contaba cĂłmo habĂa sucedido todo y los miedos que tenĂa, pero de lo bacan que era todo.
Comentarios
Publicar un comentario