𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀 𝕨𝕒𝕟𝕥, 𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀 𝕕𝕖𝕤𝕚𝕣𝕖

A mi mamá le carga la lluvia, la pone triste y la deprime ver las noticias sobre el agua que cae de los cielos. Siempre ha sido así, desde que yo era chica en los días con lluvia siempre está un poco más rara y un poco más triste. Ella se acuerda de cuano trabajaba en una fundación y a los niños que estaban allá les faltaba todo, pero aún así eran felices con las gotitas que caían, aunque eso significara dormir un poco más apretados y no poder salir a jugar al patio. En cambio a ella eso la ponía mal, y se preguntaba por las injusticias de la vida mientras iba en la micro camino a su casa a ver a su mamá y a sus hermanas. Ahora estoy aquí, sientiendome culpable y a la vez afortunada de poder estar en mi cama, contenta, escribiendo y escuchando música mientras disfruto del sonido del agua; pero mi mamá está en el otro cuarto leyendo y cambiando la tele para evitar escuchar lo que cae afuera.

Estábamos las 3 pagando la mejor comida comida en meses luego de muchos meses sin vernos y sonó una canción. Siempre veía esa canción en las listas de reproducciones pero nunca alcanzaba a tocarla porque no-sé-qué, pero una de ellas dijo "me gusta esta canción" y vi como su mirada cambiaba en ese momento. Cerró los ojos dos segundos y vi como su mente corría a esos recuerdos de los dos meses pasados en otro lado lejos de acá. Lo disfrutó. Me dijo "¿has cachado esas canciones que te recuerdan al colegio o a las vacaciones? Bueno, esta canción me recuerda a Inglaterra" y se quedó pensando unos segundos más inmersa en ese país de antiguas construcciones y dueño del acento inglés más lindo según algunos, más chistosos según otros. Luego, como si nada, se dio vuelta y preguntó por una botella de agua. Había vuelto la misma mujer que conocía hace unos años, pero esta vez volvió con una historia más que contar.

Me siento como de 15 again. Esto no es bueno (en verdad sí lo es, pero no lo es)

Ya había gritado y estaba corriendo. Todo era rápido, todo era blanco y gris. Mi mano izquerda se movía muy rápido al vaivén opuesto al que se movían mis piernas. En mi mano derecha estaba la tuya, e ibas corriendo con todas fuerzas como lo hacía yo. Estaba buscando un lugar especial y no lo encontré. Estaba cansada, y entonces me senté. No sé en qué momento me separé de ti, pero sí me di cuenta cuando me tomaste la mano de nuevo y sentí tu mirada, te miré y respiraste con un poco de paz. Al menos aquí podremos descansar.

Estaba viendo el celular como suelo hacer todas las noches antes de dormir y también estaba viendo la tele, ese programa donde una señora con ese pelo rubio se contacta con gente que no está en este mundo ya. Estaba interesante su cliente, pero también lo estaba mi celular.  Después de cerrar Instagram, abrí Facebook y vi una publicación tuya en mi muro. Tenía un gracias y un te debo algo. Sonreí y no me demoré en ponerle me gusta (en verdad me encantaba) y te respondía con muchos corazones como suelo hacer. Me quedé contemplando el mensaje, después tu foto, y así llegué a tu perfil y me perdí. Cuando salí de tu mundo para volver al mío no sabía qué me pasaba contigo ni que había pasado con el caballero que trataba de comunicarse con sus seres queridos. Ya había perdido la concentración.

Un regalito de la Isidoriwis para mi persona en mi cumpleaños 22 <3  http://elparacaidasdelaisi.blogspot.cl/2016/03/princesa.html  Princesa. Las primeras impresiones son poderosas.  .. Te vi sentada y noté como el aire hacía formas graciosas con tu pelo. Sentí el impulso de acercarme,  pero preferí mirarte unos momentos más, mientras tu mirada se perdía más y más, en las hojas secas amontonadas a tus pies.  Todo comenzó un día en que entré a la librería, la misma de siempre, en la que me gustaba gastar mis tardes. Tú estabas ahí, con ojos ávidos por algo que colmara tu necesidad de imaginar, de emocionarte,  tu sed de fantasía, que hasta el día de hoy, encuentro tan fascinante. Le eché un ojo a la portada del libro que estabas revisando en ese momento y una sonrisa burlona se instaló en mis labios, pero no  porque me pareciera malo lo que leías, si no porque tu cara de consternación era muy divertida. Así  pasaro...

Hoy de nuevo soñé contigo. ¿Cuántas veces van ya en los últimos años? Aunque esta vez debo decir que fue distinta. Bueno, la verdad es que debo reconocer que al menos las últimas 5 veces que te has aparecido en mis noches han sido distintas porque ya no estás conmigo directamente, ya no me vienes a buscar a mí, ni a mi compañia ni mi mirada, sino que solo nos topamos por casualidad, y es esa misma casualidad que me hacer voltear la mirada y ver los ojos verdes y el mismo pelo que llevabas hace unos años. Mera casualidad, como si el destino que no quiere que te vea en la vida real hace que te vea en mi inconsciencia. Hoy día de hecho estabas con otra persona y solo me venías a pedir un favor, cuyo favor pasaba a llevar palabras que me habías escrito la última vez que te hablé. Así que ya no eras el mismo, pero yo de cierta forma seguía siendo la misma para ti. Al menos me queda el consuelo de que te sigo viendo pero que hasta en mi mente ya no eres lo mismo que eras antes.