Ah
La gente moderna ahora dice que en verdad encontrar a tu media naranja, al amor de tu vida, a ese complemento, a alguien a quien amar no es lo más importante en la vida. Yo, siendo muy moderna creo que no es asĂ, yo sĂ creo que encontrar a esa persona x si es lo más importante en tu vida, alguien solo, sin nadie que lo quiera y nadie a quien querer es alguien triste, que siente que algo le falta a pesar de que tenga todo, todo lo material y todo los tipos de otro amor. Pero quizá para eso existen esas personas solas, para glorificar a aquellas que si encuentran a ese amor.
-Hola, oye, disculpa, pero ¿dĂłnde queda esta calle?- escucho una voz masculina, debe ser alguien, puede ser el amor de mi vida- Mira -me dice- cachái que dice la letra?- y la entiendo, pero estoy más preocupada de saber si es Ă©l a quiĂ©n he estado esperando, porque Ă©l es quien interrumpiĂł mi filosoferĂa sobre el amor.
-SĂ- le digo - mira, cruzái por esta calle y luego doblái a la derecha y... -paro, va de la mano con alguien- perdĂłn, doblái a la derecha y como en la esquina está la calle y el local que buscas.
-¡Ohhhhh! ¡no vĂ©i que Ăbamos bien!- le dice con entusiasmo a su compañera, quien agarra su mano y lo mira con cara de resignaciĂłn. -Te pasaste - me dice y sonrĂe ampliamente mientras en mi mente su cara se tacha con una gran equis de color rojo.
-De nada, ojalá lleguen bien-
Y siguen caminando.
Siempre me pasa lo mismo en verdad. Siempre que conozco a un hombre pienso que es el potencial hombre de mi vida, pero siempre no es asĂ. O están mirando a mi amiga que está al lado, o están mirando mi cara que de seguro tiene los poros más grandes que hayan visto jamás, o de verdad no me están mirando, asĂ de simple. Pero mi mente siempre me juega la misma jugarreta, siempre está esa voz "te está mirando, ¡te está mirando!", y me pongo nerviosa y hasta coqueta, pero como ya dije, nunca es para mĂ, siempre es para otra.
Me canso tambiĂ©n, pero bueno, consuelo a mi mente de que aĂşn no es el momento y que el de arriba mandará a alguien en el mejor momento de mi vida. Cosa difĂcil ya porque ya van más de la mitad de los momentos de mi vida gastados y las primeras patas de gallo empiezan a aparecer. Ojalá.
-Hola, oye, disculpa, pero ¿dĂłnde queda esta calle?- escucho una voz masculina, debe ser alguien, puede ser el amor de mi vida- Mira -me dice- cachái que dice la letra?- y la entiendo, pero estoy más preocupada de saber si es Ă©l a quiĂ©n he estado esperando, porque Ă©l es quien interrumpiĂł mi filosoferĂa sobre el amor.
-SĂ- le digo - mira, cruzái por esta calle y luego doblái a la derecha y... -paro, va de la mano con alguien- perdĂłn, doblái a la derecha y como en la esquina está la calle y el local que buscas.
-¡Ohhhhh! ¡no vĂ©i que Ăbamos bien!- le dice con entusiasmo a su compañera, quien agarra su mano y lo mira con cara de resignaciĂłn. -Te pasaste - me dice y sonrĂe ampliamente mientras en mi mente su cara se tacha con una gran equis de color rojo.
-De nada, ojalá lleguen bien-
Y siguen caminando.
Siempre me pasa lo mismo en verdad. Siempre que conozco a un hombre pienso que es el potencial hombre de mi vida, pero siempre no es asĂ. O están mirando a mi amiga que está al lado, o están mirando mi cara que de seguro tiene los poros más grandes que hayan visto jamás, o de verdad no me están mirando, asĂ de simple. Pero mi mente siempre me juega la misma jugarreta, siempre está esa voz "te está mirando, ¡te está mirando!", y me pongo nerviosa y hasta coqueta, pero como ya dije, nunca es para mĂ, siempre es para otra.
Me canso tambiĂ©n, pero bueno, consuelo a mi mente de que aĂşn no es el momento y que el de arriba mandará a alguien en el mejor momento de mi vida. Cosa difĂcil ya porque ya van más de la mitad de los momentos de mi vida gastados y las primeras patas de gallo empiezan a aparecer. Ojalá.
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