mi pelo




Así como pasé mucho tiempo odiándome y no gustándome nada de mí, he tenido que, en los últimos dos años, reconciliarme con muchas partes de mí y verme como soy. Una de ellas es mi pelo, por eso lo quiero tanto últimamente. Siempre lo pelé de que no tiene forma, es mucho, es seco, es feo, y bueno, solo debe ser eso, pelo. Ahora me gusta que sea mucho, porque es fuerte y me permite probar distintos colores, cortes y formas (fui rubia y jamás se me cayó ni nada).

Ya no lo plancho a diario, lo que fue una rutina de muchos años (para terminar igual chascona y con el pelo esponjado), y lo cuido para que sea como sea que se comporte ese día. Quizás algún día pueda hacerme peinados o tomarlo para mostrar más de mí.

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