Historias de Amor

Hace 10 años solĂ­a leer muchas historias de amor, ver tambiĂ©n, e imaginarme unas 3mil más con alguien a quien creĂ­a querer. 
Hace 6 años estaba, como dice una amiga, en la pasta y envuelta en amores de otros personajes. Vivaz lectora, vivaz imaginadora, vivaz soñadora; había llegado a la conclusión que mi historia pasaría cuando tuviera que pasar; que desde ese momento en adelante no se preocuparía más por no haberla vivido y solo se dedicaría a disfrutar la vida.
Siempre se sentía no merecedora de amor, porque no era linda, no era flaca, no era ni tan inteligente ni era tan interesante: le gustaba lo que le gustaba a todo el mundo, y quería ser muchas cosas que no hacía por el miedo al qué dirán.
Hace 5 años empezó a vivir su propia historia. Se sentía mal por no seguir leyendo historias de amor como antes, no tener esa conexión. Pero no había reparado en que estaba viviendo mi propia historia de amor, la que siempre había esperado, que todos habían vivido, menos yo. Tenía 15 a los 24. Llegué 9 años tarde, pero llegué. Hice playlists, escribí en mi diario, me daban mariposas en la guata, me ponía nerviosa (y aún) al ver tus fotos, leía nuestras conversaciones como si fuera la última novela de mi pareja favorita, tenía canciones que eran solo de nosotras, y ahora, que todo se pausó (no sabemos si para siempre o por un rato) también tengo canciones para nosotras. Éramos perfectas, una historia jamás vivida en mi mente, todo era nuevo, hasta que todo empezó a ser desconocido e incierto.
Hace tres meses terminĂł mi historia de amor, a la que me daba miedo llamarle asĂ­, porque el amor es una palabra muy grande, muy sagrada que conlleva mucho. Nunca la dije, pero ahora que lo pienso, estaba atrapada en mis labios esperando el momento indicado, la ocasiĂłn perfecta para hacerlo, pero nunca llegĂł. QuedĂł atrapado ahĂ­, dicho solo en la soledad de mi auto, despuĂ©s del pitido luego de enviar un audio, luego de los te quiero y te extraño y estoy orgullosa de ti. Nunca saliĂł, y sin querer, me quemaba por dentro. 
Me limitĂ© por ti, pero no tienes toda la culpa. Yo me limitĂ© para no perderte, para que no corrieras, cuando lo Ăşnico que querĂ­a hacer mi ser era salir corriendo con el tuyo de la mano y vivir corriendo juntas, a dĂłnde fuera, a tomar helado, al cine o en tu pieza. No sabĂ­a nada del amor, ni siquiera que las cosas no dichas se van atiborrando dentro tuyo. 
Es aquĂ­ cuando pienso en la frase "el lenguaje crea realidades". No te dije que te amaba, pero lo hacĂ­a, y aunque lo sintiera, nunca lo verbalicĂ© por lo que no fue real. Nunca dije nuestro amor por miedo a que esa palabra te hiciera, generará algo desagradable en ti, pero en mĂ­ asĂ­ era. Era nuestro cariño, el cual se quedĂł corto.

AsĂ­ que escribo esto, para recordar que tuve, y tengo, una historia de amor, que durĂł años, años muy lindo, donde me sentĂ­ vista por ti, pensada y querida a tu manera. 
Gracias por formar parte de ella. 

Te amo.


Alguien me dijo que necesitábamos un epílogo. Ojalá en unos años más pudiera volver aquí y ver cómo terminó todo finalmente.
Entre tanto, debo revivir todos nuestros recuerdos para escribir mi historia y dar sentido a todo lo vivido en 3 años. 



 

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