Will miraba por la ventana de su peque帽a casa mientras sus perros jugaban en la nieve. En realidad todo hab铆a acabado, pensaba, al fin Hannibal estaba en la c谩rcel, por fin hab铆a acabado esa pesadilla. O eso era lo que pensaba. Eso era lo que pensaba una parte de 茅l, la parte p煤blica, la parte que luch贸 tanto por lograr ese objetivo; eso pensaba tambi茅n Jack y Alana, y 茅l quer铆a convencerse de lo mismo, pero no pod铆a. La pesadilla reci茅n hab铆a comenzado. No paraba de pensar en el otro hombre. No pod铆a parar de pensar en la taza que se hab铆a roto y que nunca m谩s se iba a poder juntar de nuevo, y tampoco pod铆a parar sus pensamientos, sus recuerdos ante la viva imagen de Hannibal frente a 茅l rompi茅ndosele el coraz贸n ah铆 mismo. Claro que era su objetivo, y cuando vio que se entregaba hab铆a sido realmente un alivio. Sim embargo, con el pasar de los d铆as se daba cuenta que sus acciones antes de que Hannibal los intentara matar a todos no fueron exclusivamente parte el plan para capturarlo...