𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀 𝕨𝕒𝕟𝕥, 𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀 𝕕𝕖𝕤𝕚𝕣𝕖

¿Qué será de mí el otro año? Yo, 21 años, todas las noches que restan de aquí hasta que llegue ese temido año.

Ahora soy yeta en todo sentido. Bacán.

Cierro los ojos. 1 2 3, a punto de dormir. 4 5 6 casi un poco más. 7 8 9 negro. ¿Qué somos? El espacio, tan grande, amplio, infinito. La tierra. Solo un punto en la inmensidad. Y ahí viene, se aproxima el sentimiento de vacío, ese sentimiento de que si no hay nada después de esto y me muero ahí queda mi vida, mis deseos, mis sueños, mi fe y mi esperanza. La nada. Eso me da miedo. El vacío a las 2am cuando te pones a pensar de que solo somos moléculas y partículas que juntas crean mi propio universo, mi propia infinidad. Pero que se va, que se muere. ¿Y que viene? Si muero ahora, o a los 64 o a las 86, ¿se acaba mi vida? ¿Así como así? Ah... Vacío y miedo. Eso pasa, pero por qué? Lo bueno es que este sentimiento no viene siempre, porque ahí sería trágico, pensar en el vacío mientras comes no debe ser muy grato (a menos que pienses del vacío de tu guata). Algún día voy a poder evocar las palabras perfectas para ese sentimiento. Hasta que llegue, seguiré intentando.

No quiero sentirme así nunca más

-Baja que te traje algo -Pero si ya saqué queque -Es otra cosa Bajé -Mira, son bonitos, estaban baratos -Ayyyy ¡que lindos! -Te compré esos porque nunca te he visto usando esos colores en las uñas Y así es como mi mami, no sabiendo ni el porqué de mi penita ridi, me compró regalitos para subir el ánimo.  Poder de mami